ARGENTINA: SINTONÍA, TRAGEDIAS Y VERGÜENZA |
ACTUALIDAD // Publicado el 30 de agosto de 2024 // 12.00 horas, en Bogotá D.C.
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Es desparpajado y un outsider que sedujo a la Argentina al terminar el año previo. Sin que hubiese sido previsible hasta el último minuto, su triunfo en términos absolutos en la puja presidencial del país austral produjo una conmoción que persiste, tal como alguna vez también lo hicieron Juan Perón, e incluso Carlos Menem o Néstor Kirchner. Javier Milei lo hizo desafiando el statu quo, pero también haciendo acuerdos con esa casta que se propuso disolver y de la que por lo menos en parte él mismo conforma. Hay una estela de vergüenza frente a los cambios radicales que propone y alcanza, al menos por ahora, sin que se sepa si el experimento llegará a buen destino. En paralelo se precipita el derrumbe de la narrativa trágica de aquel sector del peronismo que, como facción, orientó hacia el desastre al país austral durante tres lustros, con un paréntesis que fue el ocupado por la administración de Mauricio Macri. Los escándalos que produjo en su paso el presidente que terminó mandato en diciembre pasado se acumulan y se prevé que podría terminar en la cárcel. Una de las perversidades realizadas por Alberto Fernández fue haber transformado tanto la Casa Rosada como la residencia presidencial de Olivos en algo más allá de lo que fue la llamada “mansión Play Boy”, de Hugh Hefner, en California y décadas atrás. En el conjunto lo ocurrido con las denuncias contra Alberto Fernández por corrupción, violencia y tortura contra quien fue la Primera dama hasta diciembre de 2023, cubre de una vergüenza mayor a la parábola de esa perversión en relato y hechos que sigue siendo el llamado kirchnerismo.
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Escribe: Paulo de MOURA DIAS
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Quienes acompañan a Milei en la gestión presidencial. Aún viven el impacto que les dejó el triunfo electoral aplastante, en diciembre. Este fue impulsado por el rechazo a la vergüenza generada en la cadena de corrupción y en la misma personalidad de Alberto Fernández, quien se precipitó al vacío terminando de arrastrar al país. La gestión del gobierno anterior hizo estallar las finanzas del Estado, además de hacer superar la cota de población pobre y ahondar el proceso de empobrecimiento por encima del 50 por ciento de toda la población. Una de tantas tragedias en sucesión. La infección siempre negada por los responsables que generaban la degradación de las costumbres políticas -las que tuvieron como protagonistas los dos Fernández- aparecían en cadena, incluso en carne viva en el tránsito de aquel desvergonzado proceso. La perversión en acción desde el gobierno recibió el rechazo definitivo en la hora de urnas, dejando atrás incluso la candidatura que representaba el camino gris del macrismo en la dirección de la cosa pública.
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Patricia Bullrich perdió su chance en la apuesta electoral y se sumó a la buena estrella de Milei. Ahora, cuando sigue en estallido la escandalosa erupción por un ex presidente golpeador de su esposa, es muy difícil intentar la reversa o mirar al costado. Esa anomalía es la que quedó en primer plano en los últimos días, el expresidente Fernández es un golpeador serial de su mujer, la que fue primera dama, Fabiola Yáñez. La golpeaba incluso embarazada del hijo del torturador. En otras palabras, el paso de todas las líneas rojas e imaginables para cualquiera que se estime que no es un psicópata. Se sabe, lo señala la ciencia, que toda figura política puede presentar rasgos psicóticos o ser un psicópata en el sentido pleno de la palabra *. Los dictadores de mediados del siglo pasado, los que precipitaron el infierno de la Segunda Guerra Mundial, son un ejemplo de esta afirmación. Pero no solo ellos, ¿cuántos aceptan que Winston Churchill fue un alcohólico empedernido y que de no haber sido uno de los vencedores su destino hubiese sido bien distinto?
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Quizá ese personaje hubiese pasado a estar sentado en un tribunal, de esos que juzgan a quienes atentan contra la humanidad. El bombardeo con fósforo y el naciente napalm a Dresden sobre la población civil de una Alemania ya derrotada es una prueba de lo señalado. Dentro de las contradicciones distantes y cercanas en términos de tiempo, modo y lugar, aparece un Javier Milei que aún disfruta del triunfo apenas imaginado, que se podía entrever pero que al tiempo fue inesperado en su contundencia. El sistema político tradicional -o “la casta” como descalificó Milei a sus adversarios en su campaña- hizo cerrar los puños al electorado y votó tal como lo hizo. Pero las curvas estadísticas recientes señalan una inflexión de una población que eligió al actual presidente argentino por rechazo a sus rivales. Pareciera que ahora aquel elector se está fatigando del castigo que representan las reformas dolorosas. Las curvas de los estimados dicen de una cierta desesperanza enfrentada al optimismo que siguen mostrando quienes rodean al presidente en la Casa Rosada y el mismo mandatario, que aparece hechizado en igual sentido.
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Generan aprensión las expresiones públicas que persisten en el mesianismo que ha manifestado Milei desde que empezó a ser conocido por la opinión pública e incluso antes de que comenzara a incursionar en la política. Hay temores al respecto, debido a que estos no siempre pueden ser dimensionados a futuro. Uno de ellos, el compromiso militante con las posiciones de Israel en Gaza, en paralelo con el silencio sobre las muertes civiles entre la población palestina. Un reconocido representante de la comunidad judía argentina ** señala que el mandatario padece del “síndrome de Jerusalén”, al sentirse como un iluminado que transita la senda de Jehová. Algo que contrasta con el rigor matemático de la disciplina económica en la que Milei muestra solvencia, pero con cercanía emocional hacia la cábala y el peligro de que esté gestándose otro Golem, tal como lo ha sido el kirchnerismo. Aquel mítico frankestein fue creado en Praga y Borges lo convirtió en personaje poético. No obstante, los éxitos parciales que ha alcanzado Milei en estos meses de gobierno aún hay un largo trecho por delante.
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En el entretanto, quienes ayer fueron gobierno y hoy oposición le ponen al presidente argentino sus cabezas en bandeja para que el hechizo se profundice y prolongue. La anomalía kirchnerista estalló en toda su dimensión con los escándalos revelados que siguen brotando alrededor de la figura de Alberto Fernández y que se extiende como mancha venenosa hacia su entorno político sin solución de continuidad. La cadena de corrupción que encarnaron Néstor Kirchner y su cónyuge, en sucesión con una buena parre de los funcionarios que los acompañaron, tiene ahora mayores dimensiones a las ya conocidas. Las mismas que produjeron una condena contra la expresidenta y hoy senadora nacional en procesos que continúan y avergüenzan al país, pero en cuadros de situación en el que los responsables aparecen como impermeables. El relato reivindicativo de las minorías y de la lucha por los desheredados se derrumba sin remedio y alimentan las trazas del otro mesianismo que ahora pareciera imperar en la Casa Rosada (aresprensa).
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*MASLATÓN, Carlos. Milei padece el síndrome de Jerusalén. Entrevista de Javier calvo. Ahora play. Papas fritas TV. Youtube
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**BBC. News mundo. Los Psicópatas que nos lideran. El artículo aborda los estudios al respecto realizados por el escritor británico Jon Ronson, publicados en su libro "A Psychopath Test" (29-06-11)
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