BOGOTÁ: LANGUIDECE PROSCENIO
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Publicado el 28 de febrero de 2024  //   11.30 horas, en Bogotá D.C.  // LA TERCERA OREJA

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Se trata del macroproyecto de obra civil y punto de atracción comercial quizá más importante que se emprendió en los últimos años en la metrópoli colombiana. Desde el año 2004 está vigente la gigantesca iniciativa que ha avanzado con tropiezos difíciles de concebir. Fue conocido por la opinión pública vía la figura de la malograda Misi, quien falleció en el 2018, durante una presentación de la tradición navideña, estimulando la creatividad infantil. Es por ello y la relación especial con los socios iniciales que, en principio, se le llamó “Proscenio” a la mega obra. Hoy no se sabe siquiera el nombre definitivo de la iniciativa, que languidece, entre la calle 85 de Bogotá y el llamado “Parque transversal El Virrey”. De fondo, lo planeado fue llegar profundo en la construcción al menos hasta la carrera 13. Tan solo el frente que da sobre la populosa Carrera 15 ocupa unas 3 cuadras largas. Lo cierto por el momento es que la actitud de los empresarios iniciales y los que se suponen posteriores está violentando derechos de propiedad sobre la esquina apetecida en la calle 86 A y, por repercusión, también a los habitantes del inmueble. Esos empresarios asociados iniciales y posteriores serían Nayib Neme, el gerente Eduardo Rozo, la Caja de retiros de la Real policía montada de Canadá, Cimento Amarilo y las cadenas hoteleras Radisson y Holliday inn. Hoy una misteriosa firma, “Sura inmuebles”, parece tener la mayoría de las acciones. Debe agregarse a lo anterior que circulan por redes unos videos promocionales sobre lo proyectado en la zona de referencia, pero es solo eso: propaganda. La realidad de lo que opinan los vecinos de la zona colindante es lo opuesto en sentido diametral a la alegre descripción audiovisual sobre el proyecto referido.

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La unidad edilicia sobre la calle 86 A ya está debilitada en su estructura. Según los vecinos, eso ocurrió por la acción criminal de quien fue propietaria del punto esquinero, a través de la conocida empresa de “Calzados Caprino”, la señora Carolina Lesmes y al menos una de sus herederas. Por ahora la presión sobre los afectados persiste de manera caprichosa, generando más males que beneficios. Incluso, lo que ocurre afecta a los mismos empresarios comprometidos en el proyecto, tan envueltos en este nudo administrativo, comercial, además de limítrofe con lo jurídico. Hoy el valor por metro cuadrado, según una versión oficial que los vecinos conocen, podría aproximarse a una tasa que oscilaría entre los 20 y 25 millones de pesos. El valor comercial probable y eventual por esa misma superficie mínima sería mucho más elevado si se tomase en cuenta una proyección estadística inferencial que apuntase, además, a las contingencias favorables de tiempo, modo y lugar en el estratégico sector que, por ubicación, ocupa el proyecto en veremos.

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Eso es, apenas a dos cuadras del Centro Andino y la zona T, amplio sector concurrido de manera permanente por colombianos y extranjeros. Hasta el momento la extensa obra gris que abarca el espacio de uno de los sectores capitalinos con mayor impacto comercial e inmobiliario, sigue en suspenso a la vista de cualquier observador desprevenido. Se ha convertido en un área marginal con severo perjuicio social para el sector. Los criterios al respecto recogidos por esta agencia indican que la zona pasó a ser una fuente de riesgos, de todo riesgo, en un sector en la actualidad pleno de peligros. En sentido amplio, esto último es lo que se ha informado de manera pública y constante sobre lo que está ocurriendo en la metrópoli colombiana durante las últimas semanas. A lo anterior no puede dejar de sumarse el problema de la estabilidad de la estructura edilicia en cuestión (calle 86 A con carrera 15) que aumenta el marco de peligro en el que vive la gente que lo habita, más de una decena de personas.

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Por ahora pareciera que la sensibilidad de los responsables del cuadro general no se altera y todo sigue congelado en lo que hace a soluciones que aporten a los afectados. Esas soluciones deberían abrirse de inmediato de forma necesaria, incluso para quienes son víctimas de la bulimia empresarial, tal como ocurre en este caso con los perjudicados del edificio debilitado. El tiempo en la actual coyuntura sigue corriendo y esto marca de manera sobresaliente el cuadro grave de situación que se presenta en ese punto sensible de la capital colombiana. La superficie total de la iniciativa abarca 135 mil metros cuadrados y se supone que unos 15 mil metros del área deberían estar destinados a negocios particulares diferentes a los destinos específicos determinados por los constructores. Tal como, por ejemplo, locales, oficinas parqueaderos y similares. La estructura completa se inició con la intervención sobre tres manzanas y luego se agregaron otras dos, con lo cual lo comprometido llega hasta la calle 85 con la carrera 15.

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El espacio en los planes originales debía contar con áreas amplias de entretenimiento, hotelería, vivienda y las ya señaladas actividades comerciales complementarias. Debe además advertirse que, por el momento, el cuadro mostraría ausencia de las licencias de construcción requeridas. Algunas versiones indican que se esperaría una salida en este punto hacia junio del 2024 que corre, con lo cual el proyecto sufriría un año más de demora. Los vecinos del sector alertan de manera permanente sobre la lentitud incluso de las obras de demolición y debido a la amplitud de la superficie ocupada por los aletargados trabajos, la inquietud de los vecinos se incrementa de manera también inquietante, según los testimonios recogidos por ARES en el sector. El almanaque indica que los tiempos transcurridos desde el arranque llegarían a tres décadas en este 2024. Las vigentes condiciones marcarían la existencia no solo de un languidecer de la iniciativa sino, también, la posibilidad de que lo previsto se disuelva en una suerte de anomia sin salida.

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Si bien eso último no se vislumbra en lo inmediato no todos los consultados por esta agencia tienen la misma perspectiva. Hay quienes incluso advierten en el sentido de que el cruce de circunstancias negativas que envuelven el audaz proyecto lo convierten en un tembladeral. Esto último debido a la cantidad de factores negativos ya acumulados y la eventualidad de mayores demoras o sin salidas que podría interponer la autoridad correspondiente. Esto dado el caso de que el vigente cuadro se prolongase. Es sobre la ya mencionada esquina de la calle 86 A donde Misi (María Isabel Murillo Samper) pensaba fijar las puertas del ingreso a un gran teatro, abierto a todo público, pero en especial en beneficio de los más pequeños. El cambio que se espera al respecto es diciente: el espacio sería ocupado por otros puntos comerciales. Estos bien diferentes con aquello estimulante para la cultura de la creatividad. Tan solo regiría ahora la bulimia por la acumulación de dinero. Bien se sabe que esta patología social y personal, aun cuando legal, no es otra cosa que “un trastorno de acumulación alimenticia como pulsión irreprimible”.

Eso según la definición que brinda la lingüística y sobre la que puede hacerse una extrapolación a lo económico y financiero. Para el caso, se trataría de una patología en la afinidad por el dinero, sin importar límite, y con afectación extensiva sobre los perjudicados, si se tomase en cuenta a las víctimas reales o potenciales residentes del edificio en cuestión. Ellos conforman, un grupo de gente inocente envuelto en este engorroso proceso que pareciera no tener por ahora final feliz, de acuerdo con la evidencia descarnada. El nerviosismo campea en el decir de quienes plantean las numerosas quejas sobre la difícil situación y evolución del proyecto. Son ellos quienes en especial ponen en claro los reclamos de salida a lo que pareciera una sin salida y que también piden reservas sobre sus nombres, a la vista de todo lo que ocurre en la metrópoli colombiana por estos días aciagos de crímenes y aumento de otros delitos no menos graves. Cabría entonces hacerse varias preguntas, frente a lo que se observa y una de ellas es: ¿qué pensaría hoy Misi sobre sus sueños quizá ya borrados por quienes fueron sus socios? (aresprensa).
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VÍNCULOS: ABORTA EJE SUDAMERICANO //  COLOMBIA ENREDADA EN AGUAS TERRITORIALES  //  ÓSCAR RENTERÍA: NO SOLO LOS GOBIERNOS CENSURAN 

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